“Alguien me dijo: ‘Uds. están acostumbrados a hablarles a las plantas, (pero) no a las personas. Se refieren a las dosis, a la cantidad de kilos adicionales que genera y de los momentos de usos'. Y la verdad es que nos pusimos a pensar en el transfondo de esa afirmación y hay que decir algo que, si bien resulta obvio, es necesario en este contexto”, sostuvo dijo Rodrigo Ramírez, de UPL Argentina.
“Los productores agropecuarios son, además de seres racionales que transforman los recursos naturales en alimentos y que se relacionan con la sociedad, personas que tienen un propósito, que les gusta pertenecer y que están acostumbrados, particularmente en la Argentina, a trabajar en condiciones bastantes desafiantes. Eso es lo primero que aprendimos. Y por eso queremos empezar a comprender a esas personas que toman decisiones”, agregó.
Las declaraciones de Ramírez, en una reunión convocada por Pool de Periodistas, se dio en el marco del lanzamiento de la nueva foto de la agricultura de la compañía que ya había presentado OpenAg y ahora lo hace con nuevas soluciones para el manejo de resistencias.
“En una de estas reuniones advertimos que el productor comparte las decisiones más trascendentales de su negocio con la almohada; esto es, con ellos mismos. Y eso lleva un sentimiento de soledad por todas las decisiones que debe tomar y por lo que implica cada una de ellas”, añadió.
“Otro tema es que cuando hablamos del productor agropecuario, que tiene nombre y apellido, nos dimos cuenta de que se trata de un ecosistema produciendo”, sostuvo Ramírez.
“Concretamente, vimos que cada CUIT que produce en la Argentina está relacionado con más de 300 CUIT’s; es decir, una vinculación con 300 empresas más. Por eso hay que empezar a entender la problemática del ecosistema en general”, dijo Ramírez.
“Cada vez debemos ser más concientes del trabajo conjunto que tenemos que hacer. El desafío que tiene el productor es muy grande y, por otro lado, hay una sociedad que demanda cada vez más información sobre la forma en que se produce. Eso debemos contarle a la sociedad: no sólo que el productor hace las cosas bien, sino que se sepa que las hace bien”, expresó.
“Debe quedar en claro que primero están las personas y que la tecnología viene después. La tecnología tiene que solucionar los problemas y no tiene que ser el problema con el cual nosotros iremos avanzando”, explicó Rodrigo Ramírez.
UPL, la quinta empresa en protección de cultivos y primera en biosoluciones a nivel global, se ha convertido en una de las compañías del segmento de mayor crecimiento en los últimos años, planea duplicar su negocio y realizar más de diez lanzamientos de productos en los próximos cinco años.
En línea con el enfoque de construcción colectiva, Laura Lukasik, directora de Innovación y Transformación Digital, se refirió a Bloom AI, el proyecto a partir del cual UPL Argentina viene innovando con el objetivo de acelerar y potenciar los procesos de transformación digital para un futuro más sostenible.
“Unimos tecnologías con personas y negocios. Así estamos trabajando con nuestra red de distribución para transformarnos juntos y crear nuevos productos y servicios de valor. Con ellos analizamos datos para que vendan más y mejor, para que lleguen más rápido a los clientes, para que tengan conversaciones basadas en datos”, especificó Lukasik y agregó que desde el punto de vista ambiental también se trabaja con los productores en sus preocupaciones y en cómo mitigar las propias huellas.
“Entendimos que podemos aprender juntos a compensar, de mínima, la huella que la transformación digital nos va a crear y explorar nuevas oportunidades de negocios concretos dentro y fuera de la industria”, dijo la ejecutiva.
Diego Gandulfo, director de Marketing de UPL Argentina destacó el reciente lanzamiento a nivel global de NPP (Natural Plant Protection), una nueva unidad de negocios que concentra el portafolio completo de productos y tecnologías agrícolas de origen biológico de UPL y potencia aún más el liderazgo de la compañía en este segmento.
“Según las estimaciones, el mercado de las biosoluciones crecerá hasta los 10.000 millones de dólares en 2025, y esto responde a la creciente demanda de sistemas alimentarios más sostenibles. UPL es el mayor fabricante y distribuidor de biosoluciones a nivel mundial y NPP se enfocará en las operaciones globales de biosoluciones de UPL, que representan el 7 % de los ingresos totales”, dijo Gandulfo.
También adelantó que trabajan en el desarrollo de nuevos productos para el segmento de biocontrol, un tipo de soluciones que está siendo cada vez más requerida.
“En respuesta a la demanda de una agricultura más sostenible, el mercado de biosoluciones crece tres veces más rápido que el de protección de cultivos y la Argentina no escapa a esta tendencia”, especificó Gandulfo.
El manejo de resistencias de las malezas a los herbicidas y de las enfermedades a los fungicidas es una de las principales problemáticas de la agricultura actual y un aspecto clave del trabajo que UPL viene realizando en Protección de Cultivos.
En esta línea, la compañía presentó Lifeline, el herbicida formulado en base a glufosinato de amonio —un mercado liderado por UPL a nivel global— y que viene a complementar los programas de control de malezas con una herramienta nueva para la postemergencia de las sojas resistentes a esta molécula.
Este nuevo modo de acción para el cultivo de soja complementa el programa de control recomendado por UPL, cuya principal herramienta para un manejo que frene la generación de resistencias es la rotación de cultivos y de herbicidas residuales formulados con mezclas.
El otro lanzamiento para esta campaña es Goldleaf, el único fungicida foliar, triple mezcla, multisitio y sistémico para el cultivo de soja. Está compuesto con Azoxystrobin, Protioconazole y Mancozeb en formulación WDG, con excelente calidad de disolución. Actúa en ocho sitios de la célula del hongo (seis sitios son aportados por el multisitio Mancozeb) y eso lo convierte en una herramienta efectiva para el control y manejo de enfermedades resistentes en el cultivo de soja.
Fuente: Pool de Periodistas / Fotos: Savia Comunicación