El elevado ritmo de salida de terneros que impuso la seca en los primeros meses del año llevaba a suponer un agotamiento muy rápido de esa invernada. De acuerdo a los datos registrados por el Senasa —a través de los documentos de traslado electrónicos (DTe)— en los primeros tres meses del año, la cantidad de terneros y terneras que debieron salir de los campos de cría hacia otros establecimientos de cría o invernada, alcanzaba los 2,79 millones, volumen que representaba un 22 % más de lo registrado en igual trimestre del año anterior.
Hasta ese entonces no se conocía el número total de terneros registrados en stock al 31 de diciembre de 2022 algo que, posteriormente, fue confirmado en unos 15,1 millones de cabezas, 670.000 más que los contados a inicio de la anterior zafra. Con este dato de stock inicial, un 5 % superior al obtenido el ciclo previo, se confirma que —efectivamente— que la agilidad vista al inicio de zafra respondió mucho más a una sobreoferta anticipada producto de la seca que a una mayor producción de terneros.
Si bien la cantidad de terneros logrados ha sido importante, no explicaba la magnitud de oferta adicional observada durante esos primeros meses del año. En efecto, con el correr de los meses se ha ido desacelerando para llegar, a la primera mitad del año, prácticamente con el mismo nivel de salida que el año pasado.
Los datos de traslados de terneros desde los campos de cría durante este junio dan cuenta de unos 1,05 millones de cabezas que, en el acumulado desde enero, suman un total de 6,64 millones de cabezas. En términos relativos, el total de terneros y terneras que salieron de los campos durante la primera mitad del año representa el 44 % del stock inicial, porcentaje similar al registrado un año atrás, pero claramente mayor al 41 % que arroja el promedio de las últimas cinco campanas.
La pregunta entonces es: ¿Qué está sucediendo con esos terneros que aún no han salido de los campos? ¿Se trata de invernada que, finalmente, pudo ser retenida y está siendo recriada en los mismos campos? En base a los números anteriores, se trataría de unos 8,49 millones de terneros que todavía no habrían salido de los campos y que, se asume, podrían estar integrando un programa de recría.
Actualmente, el margen de la recría no goza de los mejores resultados, con un precio del ternero 40 % retrasado en términos reales. Aun pudiendo sumar más kilos a campo, el margen resulta sumamente ajustado y depende mucho de la disponibilidad de pasto y reservas.
Sin embargo, el agotamiento de la oferta comenzará a presionar sobre estos valores fomentando —en los próximos meses— una mayor firmeza del precio del ternero. En este sentido, la recomposición del precio del ternero será, a su vez, un factor clave en la corrección de los valores de la cría que, al igual que la invernada, son los que mayor retraso presentan producto del escenario climático predominante hasta hace pocos meses.
Por otro lado, los vientres muestran un retraso importante respecto del aumento general de precios. Tanto vacas como vaquillonas preñadas rondan actualmente los 160 a 190.000 pesos, respectivamente, que, medidos a valores de hoy, registran retrasos del orden del 30 al 40 % interanual.
Aun así, en adelante, con un clima más favorable y ante las expectativas asociadas a un cambio de ciclo político, es muy factible esperar que los valores de la hacienda, tanto de cría como de invernada, sean los primeros en comenzar a reaccionar.
Distinto es el escenario que enfrentará el segmento de hacienda con destino a faena durante este segundo semestre.
Condicionado por la elevada oferta de hacienda terminada que estará aportando el feedlot en los próximos meses y un mercado interno con muy escaso margen de reacción, probablemente el ajuste de precios, que estacionalmente suele registrarse hacia octubre/ noviembre, este año deba esperar un tiempo más.
Fuente: Rosgan (Mercado Ganadero de Rosario)