La reparación de los caminos rurales tras la inundación es uno de los objetivos prioritarios trazados desde la AGA.
Una mejora histórica en el mantenimiento de caminos rurales y el fortalecimiento de la seguridad a través del trabajo conjunto con la Patrulla Rural son dos hechos destacados de la gestión realizada por la Asociación de Ganaderos y Agricultores (AGA) en este tiempo.
A la hora del balance, el presidente de la entidad, Braian Robert, se refirió a temas sustanciales de producción agropecuaria, así como nuevos proyectos para modernizar la infraestructura existente, sin dejar de destacar el sacrificio de los productores y advertir sobre la necesidad de extremar precauciones ante el riesgo de incendios.
—¿Cómo definirías esta nueva etapa de la AGA?
—Más que un cambio radical, la describiría como un reordenamiento o un corrimiento de cargos. Ha sido una transición muy reciente que representa la continuidad del trabajo anterior, pero con el valor añadido de haber sumado a gente nueva y joven con mucho empuje. El enfoque sigue siendo el mismo, pero con una energía renovada para enfrentar los desafíos institucionales.
—El clima ha sido un factor determinante en este año que termina. ¿Cómo respondieron ante las inclemencias y cuál es el estado de la infraestructura vial rural?
—Tuvimos que enfrentar un suceso climático sin antecedentes (NdR: la trágica inundación del 7 de marzo último) que nos obligó a tomar decisiones inmediatas para dar respuesta a los productores.
“Uno de los logros más relevantes en este año ha sido el mantenimiento de los caminos. Incluso, algunos los debimos repasar porque fue mucho el volumen de material a arreglar y demorará bastante tiempo en compactarse. Sumado a los arreglos por fuera de la inundación, se ha reparado casi el 60 % de los caminos rurales en los últimos 10 meses.

Estado de caminos rurales en el distrito de Bahía Blanca tras la inundación del 7 de marzo último.
“Ese logro fue posible gracias a los aportes de las rurales, asociaciones y productores, lo que nos permitió dar una rápida respuesta, así como por el posterior aporte extra del Gobierno provincial. Obviamente, muchos productores aún siguen reparando alambrados y daños de infraestructura, como mangas, galpones y demás, pero esperamos que puedan reponerse lo más rápido posible”.
—¿Cómo se trabaja respecto de la seguridad rural?
—Lo hacemos en forma mancomunada con la Patrulla Rural, los fiscales y los productores para minimizar los hechos indeseables y esclarecer los que ocurren. No ha sido fácil, ya que, incluso, las inundaciones afectaron la logística y los móviles de la patrulla, pero seguimos adelante. En este sentido, quiero destacar la labor silenciosa desde la gerencia a cargo de Santiago Alvarez.
—¿Se han producido mejoras en el número de siniestralidad?
—Sí. Más allá de las sensaciones lo notamos en las estadísticas. En 2024 se sustrajeron 127 animales y ahora cerramos 2025 con un total de 26 afectados. En cortes de alambrado pasamos de 17 a 6 y en robos a casas se bajó la siniestralidad al 50 %, siempre en el mismo período.
—Mirando hacia 2026, ¿qué proyectos institucionales tienen en carpeta?
—Se viene un año de mucha acción gremial, apoyando fuertemente a Carbap y trabajando con las rurales de Zona 7. En cuanto a infraestructura, estamos por iniciar la obra de un salón de conferencias en el predio de la balanza, en el kilómetro 8,5 de la ruta nacional 35. Este espacio será clave para capacitaciones, remates virtuales y eventos sociales.

El titular de la AGA, Braian Robert (centro), junto al secretario Ignacio Alvarez (izq.) y el tesorero Juan Abraham.
“Además, otro de los objetivos es eficientizar la comunicación. A veces hacemos mucho y el productor no se entera, por lo que queremos aceitar esos canales para que la información fluya mejor”.
—¿Qué rol jugarán la tecnología y la innovación?
—En realidad, me gustaría explorar el uso de la inteligencia artificial para mejorar procesos administrativos y de decisión. También sabemos que habrá muchas consultas sobre diferentes cuestiones relacionadas con el sector, como las que fuimos evacuando con el reciente encuentro explicativo sobre las caravanas electrónicas donde participaron alrededor de 100 personas. Siempre contando con el aporte de los integrantes del Ateneo Rural Bahía Blanca en la organización, la idea es que el productor esté al tanto de las nuevas tecnologías, como el uso de drones y la aplicación de una adecuada trazabilidad y eficientización de procesos productivos.
—¿Cómo visualizás el panorama para el productor local?
—2026 será un año bisagra. A nivel global, estamos atentos a los vaivenes económicos y conflictos bélicos que repercuten aquí, sumado a la expectativa de una súper cosecha y a la reacción del mercado. En lo local, la ganadería goza de cierta estabilidad y buenos precios relativos. Esto abre un muy buen escenario de inversión en infraestructura y pasturas para quienes lograron aguantar la sequía de años anteriores —más allá de las últimas heladas y el granizo en nuestra región, que afectaron la agricultura— siempre y cuando contemos con un acompañamiento crediticio acorde.
—¿Cuál es el mensaje para los productores al cierre del año?
—Primero, de cautela. Estamos en un período de riesgo de incendios muy alto y esperamos que esta etapa pase lo más rápido posible sin mayores incidentes. Por lo demás, quiero felicitar a todos los productores y ciudadanos por su capacidad de sobreponerse a situaciones extraordinarias, como las que hemos vivido. Producir en el sudoeste bonaerense no es para cualquiera y requiere de un sacrificio enorme. Por eso les deseo un gran 2026, porque realmente se lo merecen.
El balance de temas relacionados con el sector se hace extensivo a demás integrantes de la nueva dirigencia de la AGA, como son los casos del secretario Ignacio Alvarez y del tesorero Juan Abraham.
—Ignacio Alvarez, ¿cuál es tu balance respecto de 2025?
—Se cierra con un escenario, en general, favorable en cuanto a precios y producción para el sector. Y en particular con un sudoeste bonaerense que dio señales positivas y que, en muchos casos, contribuyó a sostener la actividad para muchos productores. Aun con zonas puntuales que sufrieron inclemencias como heladas, en muchos partidos los rindes fueron mejores de lo esperado, lo que confirma que cuando el clima acompaña, el productor responde.
—¿Cuáles son los desafíos para 2026?
—Me gustaría señalar nuevos desafíos, pero la realidad es que seguimos chocando con los mismos porque aún no se resolvió lo básico para que cualquier producción prospere: infraestructura y un régimen impositivo justo. La falta de obras es un problema nacional, pero en el SOB se nota más por la conjunción de las prometidas que no se concretan, otras iniciadas que quedan a mitad de camino y rutas directamente destruidas.
“Todo es más incomprensible teniendo en Bahía Blanca uno de los principales puertos cerealeros del país: no se puede pretender competitividad con logística del siglo pasado”.
“A nivel local, lo que trabajamos desde la AGA durante este 2025 junto a productores del partido, empujando soluciones concretas para los caminos rurales, es un ejemplo de lo que se puede hacer cuando hay organización y decisión. Pero no puede depender solo del esfuerzo local: hace falta respuesta del Estado.
“En lo impositivo, corresponde reconocer la señal del Gobierno nacional con la baja de retenciones. Es un paso en la dirección correcta, aunque sea gradual y menor a lo que el campo necesita. Por primera vez en mucho tiempo vemos una administración que entiende el daño que este impuesto genera sobre la producción y sobre el bolsillo de un productor que arriesga todos los años. Dicho eso, no hay que normalizar ningún porcentaje de retenciones: es un impuesto discriminatorio y distorsivo que termina castigando la inversión y el agregado de valor”.
—¿Cuál es el mensaje para el productor?
—Es clave que cada vez más entendamos a la ganadería y la agricultura como una profesión de alta performance.

“En años donde se pueden presentar buenos precios, la inversión en tecnología y asesoramiento profesional en todas las áreas es fundamental para producir de forma más eficiente y hacer frente a años con precios bajos. Y en lo político, no hay que relajarse: como dije anteriormente, no debemos normalizar ciertas cosas y es importante involucrarse en las decisiones, participar en las entidades rurales y seguir los canales institucionales, ya que si no ocupamos ese lugar las decisiones se toman sin la opinión de los productores”.
—Juan Abraham, ¿cuáles son las principales metas trazadas desde la AGA?
— La idea central es buscar y abrirnos a más socios. Queremos conseguir beneficios tanto para los que ya están como para los nuevos, con el objetivo de que la base de la Asociación crezca de manera sostenida.
—Desde tu especialidad en el mercado de granos, ¿cómo observás el cierre de este ciclo productivo y qué esperás para el próximo?
—El panorama es alentador y positivo desde lo climático. Estamos ante un muy buen cierre de cosecha fina; hay mucha satisfacción con los resultados del trigo y de la cebada. En términos de rendimientos, este ha sido un año superior al promedio; incluso, uno de los mejores en la historia del país y de nuestra zona. Aunque los precios no son excepcionales, se mantienen en valores que consideramos aceptables dentro de la coyuntura.
—¿Qué destacás de la actitud del productor frente a las dificultades económicas?
—Ha quedado claro que, cuando el clima acompaña con lluvias, la producción aparece. El productor siempre siembra y da lo mejor, incluso cuando los márgenes económicos son ajustados.

“El objetivo siempre es tratar de sacar la mayor producción posible. Por eso, nuestra meta desde lo productivo sería igualar, o superar, los resultados positivos de este año”.
—¿Cuál es tu balance sobre las políticas actuales del Gobierno nacional para el agro?
—Considero fundamental seguir con el diálogo. El Gobierno nos está escuchando como sector primario y motor de la economía.
“Lo importante es que el Gobierno toma nuestra palabra y, dentro de la complejidad que siempre tiene la situación argentina, va cumpliendo con lo posible”.
“Es la primera vez, en mis 25 años, excepto un breve período durante la gestión del presidente (Mauricio) Macri, que percibo una línea de trabajo seria enfocada en la baja de impuestos y en la desregularización de trabas burocráticas que afectan al rubro, como en el transporte y en los fletes”.
—¿Hay optimismo respecto de una menor carga impositiva y más disminuciones de los DEX?
—Es un proceso. Existe una baja de retenciones progresiva que se está cumpliendo y nuestra expectativa es que en 2026 la tendencia continúe, aunque sea de a poco.