Por las lluvias producidas el último invierno en nuestra región, y también por la ausencia de precipitaciones importantes para las semanas venideras, la consecuente acumulación de material vegetal fino y altamente combustible se torna preocupante para el sector agropecuario.
Incluso, la muy probable aparición de tormentas eléctricas, que es una de las causas más repetidas a la hora de buscar un origen del fuego, no se puede descartar para las semanas venideras.
En casi toda la región existe una evolución hacia una alta vulnerabilidad, tanto en el monte como en pastizales, por el material combustible.
En la mayoría de los campos se encuentra la mayor masa arbustiva y boscosa del sudeste y sudoeste de la provincia de Buenos Aires, las cuales son netamente ganaderas y posee una gran acumulación de pasto.
Asimismo, aparecen complicadas las áreas de monte con baja carga animal.
La existencia del stock ganadero, en algunos lugares con baja carga, no ha podido consumir el pasto excedente producido en esta primavera, con todo lo que ello implica.
Por estos días se aprecia un volumen considerable de vegetación en las banquinas de las rutas nacionales y provinciales, así como en caminos vecinales.
Debido a esta acumulación, cuando los automóviles estacionan en banquinas los caños de escapes y sus catalizadores, con sus altas temperaturas, entran en contacto con los pastizales con consecuencias previsibles.
De este modo, vamos camino al tradicional escenario de treinta, treinta y treinta. Se trata de las condiciones ideales para la propagación del fuego tras el inicio de un incendio: más de 30 grados de temperatura; vientos de más de 30 kilómetros y más de 30 por ciento de humedad.
De acuerdo con el equipo que integra Alejandro Pezzola, licenciado en Geografía e investigador del área de Teledetección y Sistemas de Información Geográfica del INTA Ascasubi, es fundamental llevar adelante un buen manejo del campo para reducir el riesgo de registrar focos de incendios durante la época estival.
Algunos de los puntos a tener en cuenta con los siguientes:
—Realizar tareas de prevención consistentes en mantener limpias de material combustible las picadas cortafuego, alambrados e instalaciones.
—Para prevenir los incendios se recomienda hacer un adecuado manejo del pastoreo y rotación de cultivos en zonas susceptibles de incendio, así como realizar quemas preventivas controladas en los momentos adecuados durante el año.
—Las aguadas tienen que estar lo más limpias posibles y ser de una superficie adecuada a la cantidad de hacienda del productor, ya que constituyen un posible refugio para los animales en caso de peligro.
—Es imprescindible mantener alambrados, cortafuegos, picadas e instalaciones libres de vegetación, tarea que puede realizarse con arado o rastra de discos en una franja de ocho metros a cada lado del alambrado en los potreros con vegetación baja y de 20 metros en los campos con monte. Asimismo, hay que coordinar con municipios y Vialidad Provincial-Nacional el mantenimiento de las banquinas de rutas.
—Es importante no dejar materiales inflamables expuestos a altas temperaturas como leña, papel, pintura y/o combustibles, así como mantener los accesos despejados y tanques australianos llenos de agua.
—Para el interior del establecimiento, se recomienda mantener los márgenes de alambrados libres de vegetación. Y, cuando se realicen quemas de potreros, avisar con 72 horas de antelación a los cuarteles de bomberos más cercanos para una buena planificación.
—Otra clave es tener muy presente los parámetros de temperatura, humedad y viento para realizar quema controlada, para lo cual es importante consultar los pronósticos climáticos.
—Baldíos: En zona de interfase entre lo urbano y lo rural hay que tener mucho cuidado con la vegetación espontánea en baldíos y en el área perimetral a las localidades y a las grandes ciudades.
—Las sierras: Especialmente hay que tener en cuenta a las zonas de gran afluencia turística como, por ejemplo, Sierra de la Ventana y Villa Ventana, que poseen gran variedad de especies exóticas, como cipreses y pinos.
—Río Colorado: El alerta existe allí por las eventuales chispas de los trenes con destino a Neuquén.
—Libre de vegetación: En este momento de vulnerabilidad hay extremar los cuidados. Los cortafuegos deben estar libre de vegetación, con un ancho mínimo de 8 metros para áreas libres de arbustales y de 20 metros en zona de monte, a cada lado del alambrado, los que deben estar limpios de vegetación.
—Herramientas: También hay que tener mucho cuidado con el manejo de las maquinarias agrícolas, y de las herramientas que produzcan calor o chispas. En este sentido, la limpieza de las cosechadores se debe hacer en lugares sin vegetación.
—Cortafuegos: Del mismo modo, se deben realizar cortafuegos en zonas de almacenamiento de rollos o fardo de pasto.