Algunos datos parciales de la segunda campaña de vacunación contra aftosa de 2023 parecen no corroborar la magnitud esperada en la caída de terneros logrados como consecuencia de la seca del año pasado.
Si bien las cifras parecieran ser mucho más moderadas, no evitarían una zafra de terneros y terneras inferior a la registrada en el último ciclo, cuando se superaron los 15,1 millones de cabezas.
Sin embargo, las diferencias que se evidencian en el escenario climático respecto de lo que se venía registrando a esta misma fecha el año pasado, sumado a un fuerte cambio de expectativas respecto del negocio ganadero, impondrán un cambio sustancial en los movimientos de hacienda que, de manera directa, condicionarán la dinámica comercial de la presente campaña.
El año pasado, a esta altura, la zafra de terneros ya comenzaba a mostrar signos de adelantamiento.
La falta de lluvias llevaba a los productores no sólo a anticipar los destetes para aliviar las madres, sino también a bajar drásticamente la carga general de animales en los campos.
Este año, en un contexto muy diferente, con campos mucho más armados en materia forrajera, y vacas en mejor condición corporal, la estrategia de muchos productores pasará por retener la mayor cantidad de hacienda tratando de sacar una invernada más pesada.
De acuerdo a los datos de traslado de hacienda publicados por el Senasa, durante el primer mes del año salió —de los campos de cría— un total de 512.538 terneros y terneras, lo que representa un 14 % inferior al registrado en enero pasado cuando, producto de la seca, un total de 596.000 terneros debieron salir, en el mayor movimiento registrado para ese mes desde 2017, año desde el que dispone este tipo de registros.
Otro dato que también revela el cambio de escenario que se comienza a vislumbrar respecto de lo registrado el año pasado es la menor cantidad de animales, en general, ingresando a los feedlots durante el mes de enero.
Tomando estas mismas referencias de traslado de hacienda que publica el Senasa en base a los DTe reportados, en enero —contando todas las categorías—, los feedlots recibieron un total de 279.390 vacunos; esto es, un 23,5 % menos que lo registrado en enero 2023.
Lo interesante a observar en este caso, más allá de los menores ingresos a feedlots, es la relación sobre los traslados totales de animales con motivo invernada. Si bien este puede resultar un indicador imperfecto de la proporción que ocupan las invernadas pastoriles, permite observar grandes tendencias.
Al deducir los ingresos a feedlots de los traslados totales a invernada —con base en las mismas estadísticas del Senasa— se observa cómo esta tendencia a incrementar las invernadas a campo que se venía registrando se ha visto interrumpida en los últimos dos años (producto de merma de la oferta forrajera).
Sin embargo, al comparar los datos de enero las cifras comienzan a mostrar una importante recomposición de los sistemas pastoriles en relación al corral, al pasar de una relación que, en enero del año pasado, representaba menos el 73 % al 77,6 % este año, unos 5 puntos de incremento en la proporción de animales trasladados a campos de invernada contra los transportados a corrales.
Si bien la intensificación de las recrías e invernadas pastoriles, bien manejadas y complementadas con una correcta terminación a corral, permitirá avanzar hacia el gran desafío que tiene, hoy, la Argentina, que es aumentar la producción de animales más pesados, indefectiblemente traerá ciertos desajustes transitorios en el flujo de oferta ganadera.
En este sentido, si esta camada de terneros que aún pudiendo ser mayor a la esperada será escasa, es retenida por un período más prolongado en los campos de cría, muy probablemente conduzca a un inicio de zafra más lento y a cierto recalentamiento de los valores, a medida de que tanto invernadores como feedloteros empiecen a presionar sobre la reposición en las próximas semanas. Actualmente, la relación de reposición ternero/gordo se ubica en torno a 1,20 a 1,25 kilos, cuando el año pasado producto de la sobre oferta de terneros livianos esa relación se situaba más cerca de 1.
Si bien en este contexto de menor hacienda general ambos valores se mantendrán muy firmes este año, la invernada encontrará en lo inmediato un mercado mucho más tomador para convalidar potenciales subas, mientras que el gordo, al chocar contra un consumo local más debilitado, podría demandar más tiempo para asimilar estos incrementos.
Fuente: Rosgan