En búsqueda del equilibrio, el mercado de las carnes sostiene que el problema está en la demanda y no la oferta

05 abril 2020

“Por la pandemia se produjo un aluvión de compras por parte de los consumidores y los precios reaccionaron. Tampoco se trata de un crecimiento genuino”, dijo María Belén Collati, del Rosgan.



   “Al igual que el resto de los mercados de productos básicos, el de la carne se encuentra en busca de un equilibrio. Las medidas de aislamiento social obligatorio irrumpieron como un factor inesperado o, al menos, antes de lo previsto por la mayoría de los argentinos”.

   Lo dijo María Julia Aiassa, de Big River, para el Rosgan, en una semana cargada de versiones de una eventual intervención del mercado de la carne por parte del Gobierno nacional, en razón de un incremento de los precios de la carne en góndola sin, en apariencia, alguna razón.

   La crisis sanitaria ha provocado un shock de demanda, ya que la gente salió a llenar sus heladeras y a abastecerse para el período de cuarentena.

   “En este sentido, a diferencia de otros momentos en los que el mercado ha sido sujeto de intervenciones, no estamos ante un problema de oferta, sino de demanda”, agregó Aiassa.

   “Ante un aluvión de compras por parte de los consumidores, los precios reaccionaron. Aun así, tampoco se trata de un crecimiento genuino de la demanda y lo que se compró de más en los últimos días, derivará en menor demanda para los próximos”, explicó.

   “No debemos olvidarnos de que el poder adquisitivo del asalariado sigue siendo bajo, a lo que se suma la retracción que está sufriendo el consumo de carne que se vende en restorans”, añadió.

   Por el lado de la oferta, la realidad es que el suministro de hacienda gorda no se ha visto limitado a causa de las medidas adoptadas.

   “Sí hemos tenido un mes de marzo con ciertas disrupciones en el flujo de oferta. Primero a causa del paro agropecuario y, luego, debido a varios días de lluvias que limitaron las cargas”, amplió María Belén Collati, también del Rosgan.

   Así, los precios de la hacienda en Liniers registraron una fuerte suba durante la semana del cese de comercialización, que llevó a incrementos generales del orden del 15 %.

   “Sin embargo, rápidamente el mercado volvió a ajustar y, tras retomar el nivel de oferta habitual, los valores de la siguiente semana mostraron un retroceso promedio de más de un 10 %”, indicó.

   Durante la semana de sólo tres días hábiles (25, 26 y 27 de marzo), el nivel de oferta diaria en Liniers resultó, incluso, más elevado que durante la semana previa, y los valores volvieron a retroceder levemente.

   La industria frigorífica, en tanto, se encuentra trabajando prácticamente con normalidad, aunque evaluando la situación semana a semana.

   “De todos modos, una disrupción transitoria de la actividad de faena tampoco debería generar un impacto inmediato en el nivel de oferta, siempre que el Gobierno logre mantener asegurada la cadena de suministro a las distintas bocas de expendio”, comentó Aiassa.

   “Debemos considerar que el nivel de faena que viene registrando la Argentina sigue siendo elevado. Pese a la caída de las exportaciones, la faena se mantuvo relativamente constante”, afirmó.

Aumento del stock de mercadería

   En los dos primeros meses del corriente año, las exportaciones de carne argentinas alcanzaron unas 112 mil toneladas, tras caer más de un 36 % en relación al último bimestre del año pasado. Sin embargo, el nivel de producción se contrajo sólo un 12 %, respondiendo más a una cuestión de estacionalidad que a movimiento de adecuación del mercado.

   “Esto ha generado un excedente de oferta que se refleja en un aumento del stock de mercadería que acumulan la mayoría de las plantas frigoríficas”, sostuvo Collati.

   “Pero esta acumulación de stock lejos está de ser un movimiento especulativo", indicó.

   "Por el contrario, ha sido producto de una abrupta caída en la demanda de exportación, en un contexto en el que el consumo interno ofrece escasa capacidad de absorción”, explicó.

   Por el lado de la oferta primaria (la hacienda) tampoco es posible sostener un nivel de retención de tipo especulativo.

   “Una de los aspectos determinantes es la escasa flexibilidad que tiene la oferta de hacienda terminada para adaptar su flujo", dijo.

   "Un ternero o novillito terminado no es posible seguir sosteniéndolo en producción por mucho tiempo sin incurrir en variaciones marginales negativas”, dijo.

   “Esto hace que la oferta de hacienda, por sí misma, mantenga una gran regularidad, no admitiendo la retención que sí podría llegar a generarse con otros productos básicos que, hoy, están siendo altamente demandados”, detalló Aiassa.

Fuente: Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com / Diario La Nueva., de Bahía Blanca