“El aporte de la ganadería argentina al calentamiento global no llega al 1 %”

07 octubre 2020

En una nota del diario Clarín, el reconocido investigador del Conicet, Ernesto Viglizzo, sostuvo que es necesario tomar en cuenta el secuestro de carbono que existen en los ambientes ganaderos.


Viglizzo dijo que la posibilidad de exportar cortes de carne en los que podamos certificar un balance de carbono positivo es muy interesante.


   Para Ernesto Viglizzo, investigador del Conicet y experto en temas ambientales, “es bajo el aporte de la ganadería argentina al calentamiento global”.

   En una nota de Gustavo Neffen, en Clarín Rural, también dijo que es necesario tomar en cuenta el secuestro de carbono que hay en los ambientes ganaderos.

   La siguiente es la entrevista completa: 

--¿Cuál es el aporte global de la ganadería argentina al calentamiento global?

---Es muy bajo y no llega ni al 1%. La Argentina no juega en el contexto global de emisión de gases, el rol protagónico lo tienen otros países. A nivel mundial está estimado que la agricultura y la ganadería juntas producen el 30% de los gases efecto invernadero, pero estos estudios sólo toman en cuenta los gases que emiten los rodeos y no suman a la ecuación la captura de carbono de los pastizales.

--¿En qué punto están las investigaciones sobre la emisión de gases efecto invernadero en la ganadería?

--Están en permanente revisión y se van incorporando nuevos conocimientos porque aparecen controversias que se procuran aclarar. El metano, que emiten los novillos y las vacas, siempre fue calificado como un gas con un alto potencial de calentamiento. Es 21 veces más potente que el anhídrido carbónico (el dióxido de carbono). Pero se está discutiendo cuál es la duración de este gas en la atmósfera. Hay diferencias importantes. El metano permanece diez años, el anhídrido carbónico 1.000 años y el óxido nitroso unos 100 años.

--¿En todos los esquemas ganaderos la emisión de gases es similar?

--En la ganadería, además de metano, también se emite óxido nitroso pero lo que está mucho menos estudiado es la captura de carbono que logran los ambientes ganaderos. Es importante seguir investigando qué secuestro de carbono se logra en los distintos ambientes ganaderos: los biomas boscosos, los pastizales, las sábanas y los arbustales.

--¿Lo que falta es hacer un balance de carbono para ver hasta qué punto las emisiones se compensan que el carbono que secuestran los pastizales o los montes en los que está el rodeo?

---Claro y también influye si es un esquema de ganadería intensivo o extensivo y la preservación de los biomas. En la Argentina más del 80% de las tierras son de pastoreo, pero si se deforestaron hectáreas para hacer ganadería o si se quemaron pastizales -se emite óxido nitroso- el balance de carbono va a ser negativo.

--¿Los indicadores ambientales ya son una barrera de acceso a muchos mercados?

--Hay exportadores de carne de Brasil que tuvieron problemas porque compraron hacienda en zonas del Amazonas que se habían deforestado. La problemática de la producción se ha complejizado mucho y comienza a ser necesario certificar que se produce con sustentabilidad y medir variables como huella de carbono y agua. No vamos a poder escapar a estas reglas de juego.

--¿Se necesita avanzar más en la investigación de los indicadores ambientales para poder demostrar que hay planteos ganaderos más sustentables y sumar valor a la carne a partir de esas certificaciones?

--Hay cuestiones que hemos investigado, pero que están sujetas a controversias. Nosotros decimos que nuestros pastizales secuestran carbono y mostramos estudios para corroborarlo. Los brasileños también dicen que las pasturas tropicales que sembraron en campos deforestados logran una captura significativa de carbono, pero hay científicos que coinciden y otros que refutan estos trabajos.

   Seguir generando información sobre este tema es importante para el futuro de la ganadería. Y el rol que juegan los asesores ambientales va a ser cada vez más importante en las empresas ganaderas. La posibilidad de exportar cortes de carne en los que podamos certificar un balance de carbono positivo es muy interesante.

Fuente: Gastón Neffen / Clarín Rural