Acopiadores: “No debemos ver un problema donde está la solución”

18 enero 2021

Según la entidad gremial, el fisco recaudará, por el incremento del precio internacional de los granos, más de U$S 2.400 millones por encima de lo presupuestado en materia de retenciones.



   Para los dirigentes de la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales, “no existe país donde el aumento de los precios de sus exportaciones sea considerado un problema; por el contrario, es una bendición”.

   Según la entidad gremial, por el incremento del precio internacional de los granos, el fisco recaudará más de 2.400 millones de dólares por encima de lo presupuestado en materia de retenciones.

   Asimismo, ingresarán al Banco Central más de U$S 5.000 millones adicionales por mayores exportaciones del sector.

   Acopiadores entiende que el presidente de la Nación, Dr. Alberto Fernández, debería apartar de su cargo a quien le comenta que un argentino paga el asado igual que un ciudadano alemán, cuando Argentina ocupa el quinto puesto, entre 103 países, de la carne más barata del mundo.

   “También falsean la verdad y generan discordias quienes afirman que los productores argentinos venden los granos en dólares a los precios internacionales, cuando por el maíz reciben 17.900 pesos por tonelada y el precio internacional FOB es de 253 dólares por tonelada. En tanto, por la soja cobran $ 29.900 la tonelada con un precio internacional de U$S 550 por tonelada”, explican.

También aseveran que estas afirmaciones “atentan claramente contra la figura y envergadura  presidencial”, además de generar enconos y enfrentamientos estériles.

   Según Acopiadores, haber cerrado las declaraciones de ventas al exterior durante los meses de enero y febrero con el propósito de asegurar el abastecimiento interno cuando, según el ministerio de Agricultura, hay más de 10 millones de toneladas de maíz y una necesidad interna de 5,7 M/T (según los privados una necesidad de 3,4 M/T), exime de cualquier comentario sobre la razonabilidad de la medida.

   “El problema no radica en los stocks o precios elevados; lo verdaderamente importante es el quebrantamiento de los mecanismos de ahorro e inversión y la crisis de confianza entre actores del mercado interno.

   “Ambos factores inducen a ahorrar en mercadería y a comercializar con actores que minimicen los riesgos y plazos de cobranza. Nadie quiere vender sus granos en pesos y cobrar a los 60 días.

“Debemos resaltar que hay muchos consumos que no tienen problemas de abastecimiento al haber armado redes de confianza y provisión”.

   “No se pueden sostener mecanismos de comercialización ‘just in time’, de acuerdo a las necesidades de los compradores. Los abastecimientos a la industria deben ser estratégicamente programados”, expresan.

   La entidad sostiene que la suba del precio de los granos es la mejor noticia que podría recibir nuestra economía y la mesa de los argentinos, (ya que) “no hay país donde el aumento de los precios de sus exportaciones sea considerado como un problema; al contrario, es una bendición”.

   Como ejemplo y como dato para dimensionar y tomar conciencia sobre los efectos positivos del aumento de los precios de los granos, Acopiadores afirma que, con el 5% del aumento extra del ingreso por retenciones, se les puede regalar a las empresas avícolas el maíz equivalente a 2 meses de actividad.

   Al mismo tiempo, se pueden diseñar mecanismos que defiendan la mesa de los argentinos vulnerables sin distorsionar, ni achicar, los mercados granarios y evitando los inexplicables derroches de subsidios al consumo de quienes no lo necesitan.

   “No debemos ver un problema donde está la solución. Demos la bienvenida al aumento de los precios internacionales; consolidemos el proceso de incremento de la producción de maíz y generemos mecanismos inteligentes de ayuda a los necesitados”, aseguran.

   Desde la entidad gremial se asegura que la sociedad está sufriendo por la presencia de un hecho imprevisto, como es el Covid-19, y los costos de su lucha. También que esto ha trastocado la vida cotidiana de todos y “ha hundido profundamente” a la economía.

   “Muchos años de recesión; aumento sostenido de la pobreza; caída fortísima del PBI; elevadísimo desempleo; éxodo de empresas; niños sin clases; inversión neta negativa y toda una Argentina en estado de agotamiento físico y psíquico, exigen a la clase política y a los dirigentes la mayor mesura en sus actos, equilibrio en las palabras y un profundo conocimiento de los problemas que se deben enfrentar”, indican.

   “La historia juzgará quiénes fueron los que apostaron por la cordura, la paz social, la defensa de los intereses comunes y del futuro de los argentinos por encima de meras prebendas sectoriales”, agregan.