Braian Robert, presidente de Ateneos Carbap y miembro de la comisión directiva de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca. / Foto: Gentileza Emiliano Yaccuzzi
“Este Gobierno no tiene credibilidad, porque hasta hace unos meses el gobernador (Axel) Kicillof (de la provincia de Buenos Aires) estaba anunciando medidas para fomentar la exportación de carne vacuna porque la consideraba el motor de la economía. Y ahora se toma esta medida, que él mismo apoya”.
Lo dijo Braian Robert, presidente de Ateneos Carbap y miembro de la comisión directiva de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de Bahía Blanca, en una charla mantenida con la página web de nuestra entidad.
La suspensión, por el plazo de 30 días, de la aprobación de solicitudes de Declaración Jurada de Operaciones de Exportación de Carne (DJEC) respecto de los productos cárnicos de origen bovino, fue publicada —este jueves 20— a través de la resolución 75/2021, con la firma del Ing. Agr. Luis Eugenio Basterra, ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y la adhesión del ministerio de Desarrollo Productivo.
—¿Cuál es la sensación que te provoca este nuevo conflicto con el Gobierno?
—Más que enojo, la medida me genera una profunda tristeza. Había muchos jóvenes productores que querían empezar a invertir en ganadería para tener un rodeo propio. Eso ahora no será posible. Acá se cambian las reglas de juego de un día para otro, marcando una tendencia que no se ha podido revertir. Son políticas con ideas que no son nuevas y que han fracasado. Ya se comprobó.
—¿A qué lo atribuís?
—No lo sé exactamente, pero es indudable que se refleja un sesgo ideológico importante. También puede ser que les cierre tener siempre al campo en la vereda de enfrente.
“Está claro también que el Gobierno no tiene credibilidad, porque hasta hace unos meses el gobernador (Axel) Kicillof (de la provincia de Buenos Aires) estaba anunciando medidas para fomentar la exportación de carne vacuna porque la consideraba el motor de la economía.
“En verdad no se entiende qué quieren hacer. Esto sólo logrará el cierre de mercados y que quien nos compraba carne, para cumplir con sus compromisos, salga a buscarla en otros países. De más está recordar lo que nos costó conseguir esos mercados luego de tantas campañas de promoción.
“Hay también una falta de capacidad para la toma de las decisiones; se advierte desconocimiento del tema. Incluso, hacia adentro también han perdido credibilidad, porque sectores muy afines se han mostrado en contra de la medida, ya que son concientes del disparate”.
—Como los casos de los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y de Santa Fe, Omar Perotti…
—Claro. La gente que tiene dos dedos de frente (sic) se da cuenta que con esta medida se rompe la economía. Y luego siempre es el sector productivo el que tiene que salir a arreglar estos desastres.
—¿Con el cierre de las exportaciones no bajará el precio de la carne en góndola?
—No. Los números están sobre la mesa. El 75 % de la carne que producimos se consume en la Argentina y el restante 25 % no son de preferencia acá.
“Este Gobierno se llena la boca hablando de los pequeños productores y demás, pero serán ellos los primeros en desaparecer de persistir este cierre. Es decir, queda claro que no les interesa ese pequeño ganadero”.
—El Gobierno dice que la carne es cara…
—No es cara; cuesta comprarla. Son dos temas distintos. El poder adquisitivo de la gente está devastado y cuesta comprar carne, pero también medicamentos, otros alimentos, ladrillos y demás.
“Con el mismo criterio, el Gobierno debería intervenir el mercado del helado, que ha incrementado su precio en forma significativa en este año y medio. O el del combustible, que no para de aumentar cada 15 o 20 días. Sería ridículo, ¿no?”
—¿Qué pasará luego de los 30 días de cierre de las exportaciones?
—Mirá. La verdad es que los plazos que fija el Gobierno casi nunca son creíbles. Si les preguntás a 10 personas por circulan por la calle, sobre cualquier tema, nueve te dirán que no le cree, desde los plazos de la cuarentena hasta las políticas económicas.
“La realidad es que acá las medidas transitorias se extienden en forma indefinida. Esta también puede serlo; de ser así, será un desastre”.
—Con el recuerdo del caso Vicentin, ¿crees que esta vez también habrá apoyo de la sociedad para que se revierta la medida?
—Entiendo que sí. Lo que se observa ahora es que entidades relacionadas con la producción, que en otras ocasiones no habían alzado su voz, esta vez mostraron una postura.
“Un ejemplo de eso es la lechería, ya que esta medida los afecta. Ellos podían mejorar la rentabilidad vendiendo este tipo de animales demandado desde el exterior y, ahora, no podrán recuperarse en una actividad de crisis recurrente, como es el tambo”.