El 26 de junio de 1932 se creó la Asociación de Ganaderos en la ciudad de Bahía Blanca, días después, el 31 de julio, se constituyó la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa. Fue en la ciudad de Nueve de Julio, con la participación de diez Sociedades Rurales.
La agremiación de ganaderos y agricultores tuvo lugar en el contexto de la crisis mundial originada en Nueva York en 1929, con la estrepitosa caída de la bolsa de valores. El comercio mundial se redujo. En Argentina disminuyeron las exportaciones e importaciones. El Estado recaudaba poco, los productores rurales estaban en bancarrota, además en 1929 una fuerte sequía asoló los campos. La falta de trabajo y la pobreza se instalaron en la sociedad.
En 1932 había un 28 % de desocupados de los cuales el 44 % pertenecía al sector rural. Entre 1928 y 1930 el precio internacional del trigo bajó mucho y mientras la carne había caído un 64 %. La situación se agravó cuando a raíz de la depresión Inglaterra, nuestro mayor comprador de carne, creó el Movimiento de Preferencia Imperial que imponía tarifas proteccionistas sobre los bienes importados desde fuera del Imperio.
Bahía Blanca, ciudad vinculada a la producción y exportación de los productos agropecuarios, se vio seriamente afectada por la crisis.
Los periódicos locales testimoniaban la crítica situación de la ciudad. “No hay ocupación, no hay dinero en la Municipalidad para socorrer, nunca se vio algo así” comentaba el diario socialista Nuevos Tiempos[1]. Numerosas iniciativas intentaron paliar la crisis desde la organización de ollas populares hasta el proyecto de creación de carnicerías municipales aprobado por el Concejo Deliberante el 27 de junio de 1932. Esta medida tuvo como objeto de abaratar el precio del producto en el mostrador, propósito que se logró, ya que en ese momento 1 kilo vivo valía 0,08 centavos y al publico 0,50 a 1,00 $. Ante igualdad de precios se preferia comprar a hacendados de la zona “que atraviesan una situación difícil al punto de que se han visto obligados a buscar su agremiación” [2]
Es así que el 26 de junio de 1932 en el local de la Sociedad Laurak Bat, se realizó “una asamblea de ganaderos de nuestra zona convocada con el objeto de considerar la crisis de la producción ganadera y las medidas que deben adoptarse en defensa de intereses de una de nuestras industrias básicas y en beneficio del consumidor. Los iniciadores de este movimiento se han decidido a auspiciarlo en presencia de las bajas cotizaciones de la hacienda y de los altos precios a que se expende la carne para el consumo”. [3]
El diario "La Nueva Provincia" apoyó la iniciativa comentando en su editorial: “La abrumadora depresión que venían experimentando los productos de la industria agropecuaria argentina se vio acentuada en el transcurso de la semana pasada. Baja en las cotizaciones de cereales y ello casi a diario registraron las pizarras de los mercados y las de carnes siguieron el mismo camino. Los precios de esos productos cuyos embarques en grandes cantidades no cesan sin embargo, han descendido a un nivel mínimo o sea como para colocar al borde de la ruina al agricultor y al ganadero… Todos los días aparece un proyecto, una iniciativa para defender en forma más eficaz la producción agropecuaria nacional, pero esas sugestiones no parece que encuentren ambiente propicio en las alturas, ya que nadie se hace eco de ellas… No hace muchos días y a iniciativa de la Sociedad Rural de Tandil los ganaderos de aquel importante centro se reunieron en asamblea echando las bases de una cooperativa para la mejor defensa de sus intereses. Poco después los productores de Juárez y otros centros han seguido el ejemplo… Quiere decir que la corriente del cooperativismo va encontrando ambiente entre los trabajadores del campo, hasta ahora remisos a la agremiación. Era hora que despertaran… si el cooperativismo que tanto contribuye a la independencia económica del productor deja de ser una planta exótica en el medio de nuestras actividades rurales, fácil será quebrar el monopolio que sobre la industria agropecuaria ejercen hoy la especulación de las empresas frigoríficas y el trust de los molinos y cerealistas, en detrimento de la misma y también del consumidor” [4]
El primer orador fue el señor Roberto Claverie quien dijo que “la única finalidad de la reunión es buscar soluciones, que sin lesionar intereses ni entablar contienda llegaran a servir a los propósitos enumerados” [5]. A la reunión asistió también el Intendente de la ciudad, el socialista Agustín de Arrieta, quien apoyó ampliamente la unión de los ganaderos en asociación. En esta primera reunión se formó una Comisión Directiva provisoria quedando como presidente: Vicente Biocca, secretario: Juan P. Guglielmetti, y vocales: Roberto Claverie (h), José Arrechea, Juan Aguirre, José María Pérez Bustos y Enrique Harriet, se designó como sede provisoria el domicilio particular del presidente, en Moreno 267.
La primera reunión de esta comisión se realizó el 18 de julio de 1932 en la oficinas de José María Pérez Bustos, allí se resolvió denominar “Asociación de Ganaderos y Agricultores” a la entidad recientemente creada, el 7 de agosto del mismo año se aprobaron los estatutos y se nombró a la primera Comisión definitiva, que quedo compuesta de la siguiente manera:
Presidente: Vicente Biocca
Vocales titulares: Roberto Claverie (h), José Arrechea, Juan Aguirre, José María Pérez Bustos, Enrique Harriet, Alejo López Lecube y Juan P. Guglielmetti
Vocales suplentes: Manuel Álvarez, Carlos Biocca, Juan M. Baylac y Leandro Legorburu.
[1] Nuevos Tiempos, 11 de junio de 1932, pág. 1
[2] El Atlántico, 28 de junio de 1932, pág. 4.
[3] La Nueva Provincia, 27 de junio de 1932, pág. 8
[4] La Nueva Provincia, 28 de junio de 1932, pág. 8
[5] El Atlántico 27 de junio de 1932, pág. 4
Fuente: libro 80 años Asociación de Ganaderos y Agricultores Bahía Blanca, 1932-2012, de Norma Gutiérrez y Vivian Laurent, 15 de junio de 2012. Foto principal: Bahía Blanca, en la década del 30. / La Nueva Provincia.