Mientras las cosechadoras surcan los campos de la zona pampeana recolectando la soja y el maíz, comienzan también a alistarse las sembradoras que en dos semanas iniciarán la implantación de trigo. Y, como en cada campaña fina, las estrategias de fertilización son un aspecto clave para llevar a los lotes invernales a explorar sus techos de rendimiento.
En el marco del ciclo de conferencias online de Stoller para sus clientes, el experto en nutrición de cultivos Wenceslao Tejerina, de la firma Agroestrategias, explicó cuáles son los principales beneficios de apostar por una nutrición balanceada.
“Hay lugares en el mundo donde están llegando a producir 17 toneladas por hectárea de trigo. Nosotros estamos muy lejos de eso, incluso al analizar sólo los rindes potenciales”, sostuvo Tejerina.
“En general, en la mayoría de los cultivos extensivos estamos consiguiendo apenas el 30 % de lo que podríamos lograr. Y la nutrición es un aspecto clave para acortar esa brecha”, comentó.
Según el especialista, “hay mucho por hacer” en materia de fertilización para lograr que efectivamente los lotes exhiban una mejora nutricional.
Tejerina asesora a productores y empresas proveedoras de insumos de Argentina y de Uruguay, realiza ensayos de eficacia en micro y macro parcelas, y efectúa capacitaciones.
“Vemos que el manejo con los macronutrientes convencionales, como nitrógeno o fósforo, ya está bastante ajustado. De todos modos, hay muy pocos diagnósticos: se hace un análisis de suelos cada 300 hectáreas cuando en los Estados Unidos la tasa es diez veces mayor. Y pensar en una fertilización sin saber lo que tengo en el suelo, de movida es una locura (sic)”, enfatizó.
Sobre este punto, Tejerina ejemplificó que un correcto diagnóstico podría determinar que, incluso, las dosis que se están aplicando de nitrógeno y fósforo son insuficientes para trigos que, a lo largo de los años, han tenido una importante mejora genética, además de que han avanzado a pasos agigantados en su manejo tecnológico.
“Puede ser que haya que aplicar esos nutrientes en una mayor cantidad, o también que se necesiten sumar otros, como azufre o zinc, que tienen la capacidad de potenciar los rendimientos porque mejoran la eficiencia en el uso de nitrógeno y fósforo”, remarcó Tejerina.
Tejerina considera que el agro argentino necesita mejorar su investigación y desarrollo de estrategias de fertilización.
Mucho del conocimiento y la tecnología agrícola se generan en la Pampa Húmeda, donde están suelos que son de los mejores del mundo.
“Por eso, el tema de la nutrición ha quedado relegado en relación a otros aspectos claves para la productividad como la genética de las semillas o el manejo de fitosanitarios. Hoy, todos los técnicos y productores saben qué herbicidas o fungicidas mezclar, qué dosis aplicar y en qué momento; pero en nutrición de cultivos es algo que no sucede”, lamentó.
“Se necesita un cambio radical, una toma de conciencia de que estamos exportando nutrientes del suelo. No los reponemos, hacemos minería extractiva con la agricultura, y esos nutrientes que estamos perdiendo limitan la productividad y, por ende, la rentabilidad”, concluyó.
Fuente: Prensa Stoller