Desde las últimas semanas, un brote de Encefalitis Equina del Oeste (EEO) afecta a la Argentina. Por ello, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dictó una alarma epidemiológica debido a la aparición de casos de esta enfermedad, la cual es generada por la picadura de mosquitos silvestres portadores de este virus. Se estima que pertenecen a la especie Culex, pero aún eso está bajo estudio en el país.
La encefalitis equina se transmite a través de la picadura de la hembra del mosquito vector del virus infectando a los equinos y podría también hacerlo a personas. El tiempo entre la infección hasta que aparecen los signos clínicos es de 5 a 14 días, mientras que la tasa de letalidad para los equinos oscila entre el 20 y el 30 %.
Hasta esta semana, se han confirmado más de 1.200 brotes positivos, entre los diagnósticos de laboratorio y por diagnóstico clínico; es decir, por sintomatología y nexo epidemiológico.
Las provincias donde se han registrado los brotes, a la fecha, son Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Corrientes, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, Formosa, Santiago del Estero, Río Negro, La Pampa, San Luis, Salta y La Rioja.
“Es importante la prevención y el control del mosquito común vector en todo ámbito donde se crían o mantienen caballos y donde exista el riesgo de contraer esta enfermedad en los equinos, como studs y caballerizas”, dijo Marcelo Hoyos, gerente técnico de Higiene Ambiental de BASF.
“El mosquito común vector se adapta perfectamente a diferentes ambientes y climas desarrollando una gran capacidad reproductiva, con gran proliferación de adultos principalmente en primaveras cálidas y lluviosas, durante el verano incluso en el otoño. Realmente, el control es complejo en esta época (verano), ya que su ciclo se cumple en escasos 7 días (huevo–adulto)”, añadió.
“Por un lado, las hembras depositan sus huevos dispuestos en balsas sobre cualquier superficie donde se acumule agua como zanjas, bajos inundados o, incluso, aprovechando la presencia de lagunas y esteros próximos. El adulto tiene una gran capacidad de traslado (vuelo) en busca de la sangre de los animales y de criaderos, donde poner sus huevos y desarrollar las fases inmaduras en agua. Esto nos pone en una situación realmente compleja la cual requiere de un abordaje integral y profesional del tema”, sostuvo Hoyos.
Más allá de las medidas ya emitidas por Senasa, el cual recomienda la vacunación de los animales y el uso de repelentes, es importante desarrollar un programa que apunte al control del mosquito vector adulto y la destrucción de criaderos. Por eso, desde el área de Higiene Ambiental se brindan una serie de recomendaciones para prevenir la enfermedad en animales:
—Retirar recipientes móviles o en desuso que pueden acumular agua.
—Evitar acumulación de agua en zanjas o zonas bajas por períodos prolongados.
—Mantener limpios y ordenados los sectores donde se bañan a los animales, studs, caballerías e incluso las canaletas de los techos.
—Mantener el césped muy corto, desmalezado y retirar el pasto cortado, para evitar así refugios de los adultos en estos sitios.
Se deben recambiar el agua de los bebederos de los animales con frecuencia para evitar la fase acuática del insecto.
—Revisar que los tanques de agua cuenten con tapa sin roturas ni aberturas, por más pequeñas que sean.
“Es fundamental mantener un programa de prevención estratégico desde la salida del invierno y que se continúe durante el resto de las estaciones templadas y cálidas, manteniendo los cuidados y acciones, lo cual ayudará a reducir poblaciones y riesgos”, comentó.
“Un pequeño criadero oculto puede ser el lugar donde el mosquito podría cumplir su ciclo completo y generar un riesgo de encefalitis equina en el lugar”, concluyó Hoyos.