Coronavirus: ¿por qué es un reto y una oportunidad para hacer valer el rol del veterinario?

05 abril 2020

Para el médico veterinario Ignacio Alvarez, de Laboratorios Alvarez de Bahía Blanca, hay que tener una visión más integral de la salud pública.



   “La salud pública era considerada hasta hace poco como un área de la sanidad vinculada directamente a la medicina humana, quedando relegada la intervención de la medicina veterinaria a los casos de enfermedades transmisibles al hombre a partir de los animales (zoonosis)”, dijo el médico veterinario Ignacio Alvarez.

   “Pero, en las últimas décadas y debido a múltiples acontecimientos ocurridos a nivel mundial, se ha puesto de manifiesto el verdadero rol que la medicina veterinaria tiene en la salud pública. Si bien las interacciones entre salud humana y animal no son una novedad, el alcance, la magnitud y las repercusiones mundiales que enfrentamos en esta pandemia, sin precedentes históricos, nos da la oportunidad de generar una visión más integral sobre el concepto de salud pública”, agregó.

   Alvarez sostuvo que, bajo el lema Una sola salud, se realiza un enfoque de relación directa entre la salud humana, la salud animal y el medio ambiente, donde la Organización Mundial de la Salud (OMS) aboga por una visión única entre la salud humana y animal.

   “Esto genera un reto y una gran oportunidad para hacer valer el papel de la profesión frente a la sociedad”, aseguró Alvarez, en diálogo con La Nueva.

Ignacio Alvarez, médico veterinario de Bahía Blanca.

   Dos datos son claves en este planteo: la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) reveló que el 60 % de las enfermedades humanas infecciosas son zoonóticas y que al menos un 75 % de las enfermedades infecciosas emergentes del ser humano son de origen animal.

   “Debemos tener presente que la lucha contra cualquier enfermedad será mucho más fácil si comenzamos por la identificación o eliminación del agente patógeno en su fuente animal”, recordó.

   “Esto pone de manifiesto que el rol del veterinario debe dejar de ser entendido como el de aquel que sólo cura animales para entenderse como una pieza fundamental para preservar la salud pública”, indicó.

   También dijo que los veterinarios poseen una extensa lista de incumbencias profesionales que van más allá de la típica clínica veterinaria. Entre ellas, el control en la seguridad alimenticia, el estudio de enfermedades zoonóticas y su erradicación, la biodiversidad, los trabajos de laboratorio y la investigación, el desempeño en el campo agroindustrial, el cuidado del medioambiente, la formación y capacitación de personal idóneo para cuestiones de salud pública, específicamente vinculadas con las ciencias veterinarias.

“Bajo una catarata de noticias relacionadas al coronavirus en el mundo, han sido publicadas dos noticias que reflejan el protagonismo de la medicina veterinaria”, dijo Alvarez.

   “La primera, el llamado de colaboración de la Dirección General de Salud Pública de Madrid a los veterinarios de esa ciudad para cumplir labores de diagnóstico del COVID-19, análisis de laboratorio y funciones similares para las que los veterinarios, como profesionales sanitarios, estamos perfectamente calificados. Y la segunda noticia es que nada más ni nada menos que la representante de la OMS en Argentina, e integrante clave del equipo de consulta del Gobierno nacional frente a la pandemia es una veterinaria: la Dra. Maureen Birmingham”, aclaró Alvarez.

   “Uno de los principales retos de nuestra profesión en cuanto a salud pública, al igual que todas las profesiones sanitarias, son las resistencias a los antibióticos que han desarrollado muchas bacterias”, comentó.

   “Esto ha provocado que enfermedades que antes se curaban de forma relativamente sencilla, ahora resultan mortales o muy difíciles de sanar, simplemente, porque las bacterias se han hecho resistentes a los antibióticos que antes tenían efecto”, agregó.

Normativas sobre bienestar animal

   “Se estima que 700.000 personas mueren al año por resistencia de antibióticos en el mundo y que, para el 2050 según la OMS, será la primera causa de muerte en el mundo. Las cada vez más exigentes normativas de bienestar animal que, por fortuna, exigen los mercados también están llevando a un replanteo en la formación y ejecución de la profesión”, dijo.

   Alvarez sostuvo que, indudablemente, el impacto de la globalización, la industrialización, la reestructuración de sectores rurales y los cambios en los hábitos de consumo actuales deberá traer aparejado, también, profundos cambios en la forma de abordar la prevención de las enfermedades.

   “Es inevitable que, en las próximas décadas, el mundo continúe experimentando la aparición de nuevas enfermedades humanas y animales. Resulta indispensable, entonces, que esta visión integral que se plantea se realice en todos los estratos posibles. Estos cambios no podrán lograrse si no es mediante la puesta en marcha de políticas que busquen que el conjunto de actores trabajen conjuntamente y a largo plazo. Es decir, contribuyan a pensar y trabajar en Una sola salud”, explicó.

Fuente: Diario La Nueva., de Bahía Blanca.