Consciente de las implicancias que la globalización tiene en la vida del hombre sobre el planeta, y respetando sus objetivos, la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (ANAV) comparte la preocupación generalizada sobre la pandemia de COVID-19 causada por la emergencia del SARS-CoV-2. Se trata de un nuevo ejemplo de que la globalización también afecta la salud a nivel global.
La emergencia y reemergencia de enfermedades infecciosas del hombre y los animales ocurridas durante los últimos 20 años (Fiebre Aftosa, Influenza, SARS, Ebola, MERS, Dengue, Peste Porcina Africana y otras) no despertaron suficiente atención sobre los tremendos riesgos a los que las poblaciones estaban expuestas. Hoy, la realidad golpea con dureza a los sistemas sanitarios de los diferentes países y a los organismos internacionales y regionales encargados de su prevención y control.
Las economías más desarrolladas han sido afectadas y se plantean situaciones de crisis de muy difícil solución en el corto plazo.
Las medidas adoptadas por el gobierno nacional para contener la pandemia han determinado el establecimiento de un sistema de cuarentena, del que sólo se excluyen aquellas actividades y servicios considerados esenciales, entre ellos, la producción agropecuaria, fuente y sustento principal de la economía del país y de la alimentación de sus habitantes.
Es muy importante destacar que los impactos de la globalización ya se venían observando en la salud animal. Previo a esta pandemia del COVID-19, se desarrolló una epizootia de Peste Porcina Africana (PPA) que afecta ya a 4 de los 5 continentes.
Este ejemplo muestra claramente la necesidad de que los servicios sanitarios estén en alerta continua frente a los desafíos que presentan las enfermedades emergentes o reemergentes. Sus consecuencias fueron enormes pérdidas económicas y la disminución de la provisión mundial de proteínas de origen animal, en particular en los países europeos y asiáticos afectados.
Afortunadamente, el continente americano no ha sido afectado todavía; sin embargo, todo indica que deberán extremarse las medidas de alerta y prevención para evitar su entrada, ya que esta epizootia de PPA está en plena expansión.
Las medidas que actualmente están tomando los países para el control de la pandemia de Covid-19 han sido diferentes en función de las realidades de cada uno. Independientemente de ello, las consecuencias económicas y productivas afectarán a todos los países.
El desafío es enorme, el sistema de Salud Pública debe prepararse para enfrentar la pandemia COVID-19 sin afectar la vigilancia, prevención y tratamiento de otras enfermedades.
En relación a la producción agropecuaria, la pandemia del COVID-19, indudablemente afectará todos los sistemas y habrá un riesgo alto de desatención del manejo sanitario de nuestros rodeos, fundamentales para sostener nuestra economía en los duros tiempos que se avecinan.
Un buen ejemplo es el de la Fiebre Aftosa, enfermedad que constantemente amenaza las producciones ganaderas a nivel global. La enfermedad ha sido muy bien controlada en casi todo el continente americano, mediante la aplicación de planes de vacunación sistemáticos.
En los últimos años, algunos países de la región han iniciado el proceso de abandonar la vacunación sistemática, intentando avanzar a estatus de libres sin vacunación. Esto también ha ocurrido con brucelosis. Estas decisiones tienen enorme peso en riesgo sanitario para toda la región.
Asumiendo la parte de la responsabilidad que le corresponde en la protección de la salud animal y el sostén de la fortaleza de nuestra ganadería, la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria se ve obligada a dar el máximo alerta a las autoridades para que pongan especial atención en el sostenimiento de los estatus y programas sanitarios, evitando de esta manera mayores impactos negativos en nuestra economía y en el bienestar de nuestra sociedad.
En la Argentina son varias las campañas sanitarias que con gran esfuerzo del sector público y privado se han mantenido durante años y cuyo éxito ha significado el reconocimiento oficial de organismos internacionales y diversos países respecto a la calidad de los productos producidos y exportados. La ocurrencia de la pandemia de COVID-19, no debe ni puede afectar el funcionamiento del sistema sanitario pecuario que asegura la provisión de alimentos en forma sustentable y sanitariamente seguros.
Es por estas circunstancias que la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria considera de máxima prioridad el mantenimiento de la alerta sanitaria, y la normal y sostenida marcha de los planes de control y erradicación de enfermedades como por ejemplo Fiebre Aftosa y Brucelosis.
De esa manera se podrán mantener los estatus sanitarios adquiridos, sobre todo teniendo en cuenta que la actividad de los productores, profesionales, técnicos y organismos técnicos del sector público están incluidos dentro de las actividades y servicios considerados esenciales para el normal cumplimiento de las responsabilidades institucionales.
Fuentes: Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria / valorcarne.com.ar