Con el objetivo de reducir el riesgo de intoxicaciones en ganado por el consumo de festucas tóxicas, u otras gramíneas colonizadas por hongos, expertos del INTA han brindado una serie de pautas de manejo que garanticen la calidad de la alimentación de los animales.
Según detalló Germán Cantón, investigador del servicio de diagnóstico veterinario del INTA Balcarce, las temperaturas del verano pueden llegar a ser un problema grave para animales pastoreando festucas tóxicas u otras gramíneas colonizadas por Claviceps purpurea (cornezuelo), favoreciendo la aparición de síndrome distémico.
Entre las recomendaciones que brinda el especialista, se destacan evaluar la presencia de hongos en las gramíneas y otros alimentos, asegurar sombra y agua de calidad, evitar el movimiento de hacienda y utilizar pronósticos meteorológicos para programar los pastoreos.
“Es importante evitar el consumo de las pasturas contaminadas con cornezuelo durante las próximas semanas. Si no existiera una alternativa forrajera, se podría realizar un corte alto de la pastura para eliminar los cornezuelos (esclerotos) presentes en la espiga”, sostuvo Cantón.
Los esclerotos también pueden estar en alimentos ofrecidos en otros sistemas productivos, como barridos de semilla forrajera o afrechillo de trigo, por lo que es importante detectar su presencia para evitar problemas en sistemas de engorde a corral o tambos.
A su vez, subrayó la importancia del monitoreo y observación a campo de las pasturas y prestar especial atención a la posibilidad que festucas estén infectadas con el hongo endófito, ya que exacerba problemática del estrés calórico.
Además de prevenir que la presencia y acceso a pastizales afectados, es importante estar atentos al comportamiento de los animales.
“Los bovinos que hayan consumido alimento con micotoxinas producidas por los hongos presentarán agitación, con salivación excesiva, elevada temperatura corporal y búsqueda continua de agua y sombra”.
“Pueden presentar, también, disminución en la producción de leche y menores ganancias de peso, así como una disminución de los índices reproductivos”, añadió Cantón.
En este punto, aclaró que, una vez que se retiran los animales de la pastura contaminada, la recuperación clínica es lenta, pudiéndose observar signos —incluso— varias semanas después de finalizado el consumo.
Fuente: intainforma.inta.gob.ar